Mike Wendling en Chicago y Madeline Halpert en New York
autor,BBC News
El asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, en Nueva York la pasada semana estremeció a Estados Unidos. La reacción hacia el crimen también expuso la rabia de muchos ciudadano contra las aseguradoras de salud privadas.
«Previa autorización» no parece ser una frase que generaría mucha pasión.
Pero en un caluroso día el pasado julio, más de 100 personas se congregaron frente a las oficinas centrales de UnitedHealth en Minnesota para protestar contra las políticas de la compañía y su rechazo de las reclamaciones de los pacientes.
La «previa autorización» les permite a las aseguradoras revisar los tratamientos sugeridos por los médicos antes de acordar pagar por ellos.
Once personas fueron arrestadas por obstaculizar la calle durante la protesta.
Los registros policiales indican que los manifestantes llegaron de todas partes del país, incluyendo los estados de Maine, Nueva York, Texas y Virginia Occidental.
Unai Montes-Irueste, director de estrategia de medios del instituto de apoyo comunitario People’s Action, organizador de la protesta, señaló que los que se manifestaban tenían experiencias personales con la denegación de reclamaciones y otros problemas con el sistema de salud.
«Se les niega el cuidado y luego tienen que pasar por un proceso de apelaciones que es increíblemente difícil de ganar», comentó a la BBC.
La ira latente sentida por muchos estadounidenses contra el sistema de salud -una confusa variedad de proveedores, compañías con y sin ánimo de lucro, aseguradoras gigantes y programas gubernamentales- brotó a la superficie después del asesinato de Thompson el miércoles.
Thompson era el director ejecutivo de UnitedHealthcare, la unidad aseguradora del proveedor de servicios de salud UnitedHealth Group. La compañía es la mayor aseguradora de salud privada en EE.UU.
La policía continúa buscando al sospechoso del asesinato, cuyos motivos se desconocen, pero las autoridades revelaron que encontraron palabras escritas en los casquillos de las balas en el lugar del tiroteo.
Las palabras «negar», «defender» y «deponer» estaban escritas en los casquillos. Los investigadores creen que podrían referirse a las tácticas que se dice que las empresas aseguradoras usan para evadir los pagos por tratamientos y aumentar sus ingresos.
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