Santiago Vanegas
autor,BBC News Mundo
La tecnología ha cambiado sustancialmente nuestras relaciones. Y en los adolescentes, eso ha significado que el despertar sexual muchas veces se dé a través de un chat.
De ahí, el término sexting, que se refiere a la práctica de enviar y recibir mensajes sexualmente explícitos a través del celular.
Es una práctica común entre adultos, pero también entre menores. Según un estudio de la revista científica JAMA Pediatrics, uno de cada tres niños entre 12 y 17 años ha recibido un mensaje sexualmente explícito en su teléfono móvil.
Expertos como la doctora Corinn Cross, vocera de la Asociación Estadounidense de Pediatría, advierten que es una práctica que conlleva riesgos, como que los mensajes explícitos lleguen a manos equivocadas.
Por eso, el rol de los padres es tan importante.
“Como padres, es nuestro trabajo ayudar a nuestros hijos a evitar errores que les podrían causar graves desgracias. El sexting es una de esas cosas que, hechas a la ligera, pueden tener consecuencias muy dolorosas”, señala por su parte la psicóloga clínica Karol Espejo en un artículo del Child Mind Institute.
Cross agrega que, como su lóbulo frontal no está completamente desarrollado, los adolescentes no piensan plenamente en las consecuencias de sus actos.
“Lo que tenemos que hacer es ayudarles a ver cuáles serían esas consecuencias, para que, cuando se enfrenten a esas situaciones, puedan recordar las conversaciones”, dice.
Para los padres, sin embargo, enfrentarse a conversaciones con sus hijos sobre una práctica que quizás no les es familiar y que tiene que ver con la sexualidad no siempre es fácil.
Estas son cuatro claves que dan los expertos para tener esas conversaciones.
- Tenerlas antes de que sean necesarias
Para Cross, uno de los errores que cometen los padres es esperar demasiado para tener estas conversaciones.
El sexting puede ocurrir desde alrededor de los 12 años, que es cuando los niños empiezan a tener intereses sexoafectivos por otros.
“Es cuando realmente podrían escucharte”, dice Cross y agrega que es muy poco probable que los niños les cuenten a sus padres en el momento en el que alguien les pide una foto explícita.
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