Alicia Hernández
Título del autor,BBC News Mundo
«La obligación moral de resistir».
Ese es el mensaje que Pedro Urruchurtu, coordinador internacional de la campaña de María Corina Machado y Edmundo González para las elecciones presidenciales en Venezuela del pasado 28 de julio, tiene fijado en su perfil de X.
Él y otros cinco opositores venezolanos llevan nueve meses refugiados en la embajada de Argentina en Caracas.
Acudieron a la embajada el 20 de marzo, después de que la Fiscalía de Venezuela, afín al gobierno, los acusara de delitos como «conspiración» y «traición a la patria».
Argentina admitió en un comunicado haberlos acogido «con el respaldo de la inviolabilidad consagrada en la Convención de Viena, de la cual ambas naciones, Argentina y Venezuela, son signatarias».
Desde agosto, sin embargo, la embajada está bajo la protección de Brasil después de que el gobierno de Nicolás Maduro revocara a los diplomáticos argentinos la autorización de permanecer en el país. Las autoridades alegan que desde la sede diplomática se planificaron supuestos actos terroristas por parte de los asilados.
En estos 9 meses, la oposición venezolana y los mismos asilados en la embajada han denunciado el asedio a la sede diplomática de diversas formas.
Desde hace unas semanas denuncian que están sin suministro eléctrico y, por tanto, sin agua.
Centenares de personas han sido detenidas antes y después de las elecciones de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE), con una mayoría de miembros nombrados por el oficialismo, dio por ganador a Maduro sin mostrar resultados.
La oposición denunció fraude tras publicar más del 80% de las actas, que evidenciaban un claro triunfo de González.
El candidato tuvo que salir del país y está ahora en España.
María Corina Machado, líder de la oposición que fue inhabilitada para las elecciones, está en la clandestinidad.
Como otros muchos más, ambos están acusados de «traición a la patria», entre otros delitos.
Seis de esos opositores acusados siguen refugiados en la embajada argentina sin saber cuánto más podrán resistir.
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